El Gran Canal, llamado Canalozzo por los venecianos, es la gran columna vertebral del peculiar trazado urbanístico de Venecia. Recorre la ciudad de este a oeste a lo largo de 4 kilómetros trazando una gran “S”, conectando la parte continental de la ciudad con la dársena de San Marcos, el en Adriático. Esta es precisamente la finalidad con la que se construyó el Gran Canal: la de transportar desde la ciudad hasta el puerto las mercancías con las que las naves venecianas comerciaron durante siglos a lo largo ya ancho del Mediterráneo. A lo largo del Gran Canal podemos encontrarnos con algunos de los mejores hoteles de Venecia.
Podemos recorrerlo en toda su extensión a bordo de una de las famosas góndolas venecianas (lo cual nos costará como poco 100 € más la propina), aunque si nos decidimos por usar el vaporetto obtendremos las mismas vistas románticas de Venecia y nos saldrá bastante más económico. En cualquier caso, merece la pena ya que nos ofrece una visión global de la ciudad y una bella perspectiva de sus grandes monumentos. La línea 1 del vaporetto realizan más paradas y navegan con más lentitud, lo que nos da la opción de disfrutar del trayecto con más detenimiento y realizar bellas fotografías.
La opción del vaporetto es muy recomendable: de un extremo a otro el viaje dura menos de una hora. Además, siempre que conservemos el ticket, podemos bajarnos en las paradas que nos interesen y volver a embarcarnos de nuevo para continuar nuestro recorrido. El billete simple cuesta 9 € y es válido durante 24 horas.
Cuatro grandes puentes conectan los dos sectores de la ciudad que el Gran Canal divide: el Puente de Rialto, el de la Academia, el de los Descalzos y el de la Constitución. A lo largo de la ribera del principal canal de Venecia se levantan las fachadas de muchos de sus palacios e iglesias. Tanto de día como de noche recorrer el Gran Canal es una experiencia espectacular e imprescindible para conocer Venecia a fondo.
En septiembre se organiza una Regata Histórica, un espectacular desfile de embarcaciones antiguas con la tripulación vestida con trajes de época, convirtiendo el Gran Canal en una gran fiesta.