Si existe un icono universal de Venecia, ése es sin duda la imagen de las góndolas navegando sobre los canales, además de una de las estampas más románticas de la ciudad.
En su día, estos estrechos botes de madera impulsados por los remos de los gondoleros, fueron el único medio de transporte de los venecianos para llegar a todos los rincones de la ciudad. Hoy, con el servicio de los vaporetti y los taxis acuáticos, las góndolas han pasado a ser una atracción más de la ciudad, no recomendable como modo habitual para desplazarse de un lado a otro, debido a sus elevadas tarifas, pero absolutamente recomendable como experiencia para todo viajero que visite Venecia. Si te alojas en alguno de los alojamientos baratos de Venecia que tienen la entrada por el canal, deberás usar la góndola o un táxi acuático para acceder al hotel.
Menos de un centenar de bellas góndolas navegan por los canales ofreciendo sus servicios a los turistas. Los gondoleros deben contar con una licencia y ofrecen, además del paseo, sus amplios conocimientos como guías turísticos de la ciudad, que son capaces de transmitir en varios idiomas.
Es fácil encontrar una góndola, ya que suelen estar amarradas junto a los principales puntos turísticos de la ciudad. Antes de montarse en una, es mejor dejar bien claro cuánto nos van a cobrar y conocer los precios de la tarifa oficial, que todos los gondoleros están obligados a respetar. Con esto, nos evitaremos desagradables sorpresas. Las tarifas, no precisamente baratas, son las siguientes:
- Tarifa diurna (de 8:00 a 19:00 horas) para un paseo de 40 minutos, por persona: 80 €. Cada incremento de 20 minutos en el tiempo del paseo cuesta 40 €.
- Tarifa nocturna (de 19:00 a 8:00 horas) para un paseo de 40 minutos, por persona 100 €. Cada incremento de 20 minutos en el tiempo del paseo cuesta 50 €.
Como clientes, podemos elegir el itinerario o bien dejarlo al criterio del gondolero. Además, tenemos la opción de escuchar música en vivo durante nuestro paseo en góndola, lo cual incrementará notablemente el precio.
El paseo en góndola, a pesar de su precio, es imprescindible en cualquier viaje a Venecia, si bien muchos turistas renuncian a este placer ya que consideran que las tarifas son abusivas o porque creen que se trata de una “trampa para turistas”. Si nuestro presupuesto de viaje no nos permite tales dispendios, siempre tendremos la opción de tomar un traghetto, tal vez no tan glamouroso como la góndola, pero mucho más barato.